Programas de vacunación contra Metaneumovirus Aviar en reproductoras pesadas

Programas de vacunación contra Metaneumovirus Aviar en reproductoras pesadas

Introducción
El Síndrome de Cabeza Hinchada en reproductoras pesadas se presenta con cuadros clínicos severos en aves no vacunadas, estas aves después de los pavos son las más sensibles al Metaneumovirus aviar, luego siguen los pollos de carne y las ponedoras comerciales. En todos los casos las complicaciones dependen de la calidad de manejo de ambiente del galpón y de las complicaciones bacterianas secundarias. En los inicios de la enfermedad en reproductoras, y actualmente en zonas de bajo desafío, se pudieron y pueden prevenir brotes con cuadro clínico clásico con el uso de vacunas inactivadas.
Posteriormente fue necesario el uso de una vacuna viva como primoinmunización, cuando ya la protección con vacuna inactivada no era efectiva. Actualmente es muy difundido el uso de una o dos vacunas vivas más una vacuna inactivada. Existe otro programa de generar una protección sólo con vacunas vivas, previniendo efectivamente la infección con baja reactividad, lo que hace no necesario el uso de vacuna inactivada. Existe amplia información científica en la que se demuestra que los anticuerpos maternales no son efectivos en prevenir la infección y signos clínicos causados por el metaneumovirus aviar. Sobre la revisión de los fundamentos de estos programas es que se trata el presente artículo.
La enfermedad
1.- Agente Etiológico
El Neumovirus se detectó por primera vez en Sudáfrica por Buys y Du Preez en 1980. Por la misma época la infección también se identificó en Europa. En 1992, Arns y Hafez, identificaron por primera vez el neumovirus en Brasil y en 1997 fue descrito un subtipo diferente a los subtipos A y B, provisionalmente se le designó como C y durante muchos años sólo se observó en pavos. Más recientemente se ha detectado un nuevo subtipo de Neumovirus en patos en Francia denominado subtipo D. Es importante conocer el subtipo de virus involucrado en un problema para fines de:
- Diagnóstico: El subtipo C (Colorado) es patógeno para pavos, pero no es ciliostático. No reacciona con kits de ELISA convencionales (A y B)
- Patogenicidad: Las cepas del subtipo A penetran más profundamente en las estructuras del tracto respiratorio; Subtipo B: títulos más bajos (más reactivas, menor atenuación)
- Protección: Homología con las cepas presentes en campo; Protección cruzada A x B más marcada
- Predominancia geográfica: En Latinoamérica el subtipo A es más común.
Adaptación a las especies: Aislados de pavos replican bien en pollos; Ciertas vacunas de pollos provocan cuadros adversos severos en pavos.
Este es un virus RNA envuelto que en la capa externa tiene la proteína F, responsable de la fusión a las membranas celulares y la proteína G responsables de la antigenicidad e inmunogenicidad. No produce hemaglutinación. Es sensible a solventes lípidos, estable a pH 3.0 a 9.0 e inactivado a 56 °C durante 30 minutos. Otro estudio más reciente reportó que el virus aislado perdió viabilidad después de 12 semanas a 4 °C, 4 semanas a 20 °C y 2 días a 37 °C, es decir, que a menor temperatura hay viabilidad por más tiempo. Diversos desinfectantes actúan contra este virus como el amonio cuaternario, etanol, yodóforos y derivados del fenol e hipoclorito de sodio (Gough, .2000).
Transmisión
La transmisión del virus se da por contacto directo de aves afectadas a sanas. Se cree que las aves silvestres juegan un papel muy importante como reservorio y propagadores. La transmisión vertical no está demostrada. Esta es una enfermedad de difícil control por bioseguridad ya que además de los factores sanitarios están inmersos factores de manejo del lote. La transmisión por el aire es posible, especialmente cuando las granjas están próximas y están presentes grandes cantidades de polvo contaminado en los galpones de unidades de múltiples edades. Personas y vehículos, especialmente camiones de alimento son factores que contribuyen para la transmisión del virus. No se ha demostrado que el virus se elimine por las heces (Bernardino, 2009).
Patogénesis
En orden de sensibilidad, las aves más sensibles son los pavos, luego las reproductoras pesadas, los pollos de carne y las ponedoras comerciales. El virus no produce latencia ni viremia. La infección mixta con bacterias produce signos clínicos más severos, penetración más profunda del virus en el tracto respiratorio y mayor persistencia del agente.
La patogénesis del virus comienza cuando este se replica en el tracto respiratorio de cornetes nasales y tráquea. Probablemente vía sanguínea va al oviducto y produce inactividad de este con caída de producción, calidad de huevo y peritonitis por huevo. El virus invade el epitelio ciliar de la faringe y tráquea causando ciliostasis y por último daña esas células, las cuales son barreras naturales de defensa del tracto respiratorio superior. Consecuentemente, bacterias y otros virus, los cuales son normalmente inhalados con el polvo, no pueden ser bloqueados del tracto respiratorio. Esta incapacidad del sistema respiratorio conduce a problemas con infecciones secundarias (Gough, 2000).
Manifestaciones clínicas
1.- Pollos de carne
Pueden observarse manifestaciones clínicas de diferente intensidad:
- Problemas respiratorios evidentes con incidencia de “cabeza hinchada” y mortalidad y condenas en planta de beneficio.
- Problemas respiratorios evidentes sin incidencia de “cabeza hinchada” con mortalidad variable y condenas en planta de beneficio.
- Problema respiratorio menos evidente y baja mortalidad pero con condenas en planta de beneficio.
En algunos casos donde se tiene buenas condiciones de ambiente, sin efecto inmunosupresor primario y buen manejo de granja hay registro de lotes serológicamente positivos y sin ninguna manifestación clínica de problema respiratorio lo mismo que caída de desempeño zootécnico. Con eso, podemos concluir que además de la presencia del agente son necesarias condiciones que favorezcan su manifestación en formas más agresivas y con perjuicio económico (Bernardino, 2007).
Reproductoras
Para reproductoras, se presenta de manera similar a lo que ya fue citado para pollos de carne en relación a los signos clínicos, pero con una intensidad menor debido a la mejor bioseguridad de las granjas. También la parte reproductiva se ve afectada y en ese caso las alteraciones en ovario y oviducto causaran pérdidas en la producción y en la calidad de los huevos. Muchas veces puede ocurrir una infección de oído medio por los contaminantes secundarios lo que lleva a una otitis y el ave se presenta con la cabeza volteada para uno de los lados. Las aves enfermas normalmente buscan abrigo junto a los nidos.
Ponedoras comerciales
Las ponedoras son menos sensibles a la acción del virus y generalmente una condición de mal ambiente es la que puede desencadenar un problema clínico. Las aves jóvenes, cuando se afectan, mostraran los signos respiratorios característicos con mayor o menor intensidad y hasta mortalidad, dependiendo del agente secundario involucrado y de la condición inmune del lote. En la fase de producción, principalmente entre inicio y pico de producción, se exhibirán los característicos cuadros respiratorios con caídas de producción que persisten mayor o menor tiempo dependiendo también de la interacción con otros agentes, principalmente coriza infecciosa, bronquitis infecciosa, laringotraqueítis y los micoplasmas. Difícilmente ocurre mortalidad en esa fase.
Pavos comerciales
Los pavos son las aves mas sensibles al neumovirus, inclusive presentan una mayor sensibilidad a la reacción post vacunal, de este modo no todas las vacunas puede ser usadas y es fundamental una buena atención de proceso para evitar el problema. En las cuatro primeras semanas de vida (granjas iniciadoras) las aves son muy sensibles y cuando se afectan exhiben intensa blefaritis, cara hinchada, cabeza hinchada, descarga nasal y ocular, perjuicio en el crecimiento, presentando mayor o menor mortalidad dependiendo del agente secundario y ambiente al que están sometidos. En pavos de carne a veces se hacen necesarios una segunda dosis de vacuna aplicada en la fase de terminación. Las reproductoras también sufren más que las gallinas y todo efecto es más visible. En la tabla 1 se muestra la diferencia entre la infección sola de PVA o con participación secundaria de E coli.

En la figura 1 se muestra que cuando los signos clínicos del lote (alrededor de los siete días post infección) son evidentes se torna más difícil la recuperación del agente (PVA) de varios tejidos.

Lesiones macroscópicas
Congestión, hemorragias petequias y lesiones necróticas de mucosa de la cavidad nasal, hendidura palatina y tráquea, pueden ser observadas. Celulitis del dorso de la cabeza, espacio intermandibular, periorbital y barbilla normalmente ocurren, seguida por la acumulación de exudado purulento cuando ocurre infección bacteriana. En caso el ave sobreviva a la fase aguda de la infección, el edema disminuye pero los espacios intermandibulares y barbilla se endurecen. Se encuentra exudado purulento en los senos nasales. También puede observarse pérdida de transparencia y engrosamiento de los sacos aéreos. Al final, los pollos pueden mostrar los signos clásicos de una septicemia por E. coli. Pericarditis con adhesiones al pericardio, epicardio, perihepatitis, aerosaculitis y neumonía. Aves en producción pueden tener una variedad de anormalidades del tracto reproductor incluyendo peritonitis, huevos deformados, regresión de ovarios y oviducto y deposición anormal de material oriundo de yema (Pereira, 2007).
Diagnóstico
Es importante resaltar que un diagnóstico de PVA solamente con datos clínicos es extremadamente difícil. Es esencial combinar los hallazgos de evaluación clínica con los siguientes criterios.
a.- Serología. Demostración de un aumento de títulos en muestras pareadas. La primera muestra tomada durante el cuadro clínico y la segunda aproximadamente 4 semanas más tarde. La seroconversión indica infección y no enfermedad, hay que conjugar los resultados con los signos clínicos.
b.- Aislamiento viral. Las muestras deberían ser colectadas de aves enfermas. Muestras de tráquea, senos nasales y pulmones son preferibles. El aislamiento más adecuado es en material refrigerado.
c.- PCR. Hisopados para análisis bacteriológicos pueden ser usados para muestrear tráqueas de aves sospechosas. Aproximadamente 15 hisopados deben ser colectados de cada grupo de aves. Es necesario que los hisopos se sequen antes de transportar para preservar el material genético. En este caso, el PCR solamente demuestra la presencia del RNA viral y no necesariamente es un indicativo que hay una infección activa. Es un virus que no gusta de ser congelado.
d.- Prueba de inmunofluorescencia
e.- Microscopía electrónica
f.- RFLP
Control
En pollos y pavos de carne inicialmente fue muy difícil obtener resultados satisfactorios de protección con vacunas, observándose reacciones exageradas y hasta cuadros clínicos y hay un estudio actual que demuestra la reversión a virulencia de una vacuna subtipo B en Italia (Catelli, 2009). En otro trabajo en pollos de carne la vacuna parecía predisponer a los pollos a desarrollar el cuadro clínico con mortalidad por problemas bacterianos secundarios (Ríos, 2007).
En ponedoras comerciales no se usan masivamente las vacunas. Previamente es recomendable la demostración por lo menos serológica del agente. Donde se detecta positividad y es aplicable la vacunación ayuda a prevenir problemas respiratorios con caídas de producción especialmente asociadas a estrés de producción o afección en gallinas viejas.
En reproductoras pesadas se usaban sólo vacunas inactivadas, lo cual indica que el nivel de desafío o es muy bajo, ya que es conocido que los anticuerpos circulantes no son efectivos en la protección de la infección, o las infecciones no cursan con complicaciones bacterianas ni problemas de ambiente (Bernardino, 2007). Posteriormente se aplicaron programas que combinaban una vacuna viva y una vacuna inactivada, previniendo los signos clínicos de la infección, luego se incrementó a dos vacunas vivas, ayudando a prevenir los problemas que se presentaban en aves vacunadas con el plan vacunal anterior. Lo cual indica que la protección de la infección siempre ha estado orientada hacia la protección de tipo celular que se obtiene con el uso de vacunas vivas.
En la ejecución de estos programas combinados se tienen que seguir ciertas pautas, especialmente la de separar no menos de 15 días las vacunas vivas de Neumovirus de las vacunas de Bronquitis y Newcastle. Además de vacunar aves sin signos respiratorios de reacciones post-vacunales de las vacunas de Newcastle y Bronquitis, las cuales suelen prolongarse y retrasar la aplicación de estas vacunas. El uso de vacunas inactivadas representa un manejo individual de aves con las consecuentes implicancias sobre la curva de pesos de aves en levante y el desarrollo de los órganos reproductivos.
El uso de dos vacunas vivas generalmente se aplica para cubrir posibles coberturas incompletas de una sola vacunación, en esto también participa la vía de administración utilizada para obtener una mejor protección. Es recomendable escoger la vía de administración que asegure mejor cobertura en la o las primeras dosis aplicadas. En consecuencia, se puede aplicar la primera dosis vía ocular o spray, la segunda vía spray y la tercera y cuarta vía agua de bebida.
Papel de los anticuerpos circulantes
Existen varios trabajos en los que se demuestra la poca efectividad de los anticuerpos circulantes en la protección de la infección por PVA (Binu, 2007). Cuando se aplican las vacunas vivas de PVA y Newcastle y Bronquitis los niveles de respuesta de anticuerpos de la respuesta serológica se ven afectados significativamente, sin embargo después de un desafío óculo- nasal no se observaron signos clínicos en ninguno de estos dos grupos, mas sí en los controles y en los vacunados sólo con NC-BI, lo que implica que las ambas, aves con buena o pobre respuesta de anticuerpos circulantes igualmente resisten la infección experimental, dejando irrelevante la participación de los anticuerpos (Tarpey, 2006). En otro trabajo dos vacunas de diferente título e invasividad produjeron diferentes perfiles de seroconversión significativamente diferentes, sin embargo no se presentaron signos clínicos después de un desafío a los 21 días post-vacunación (Ganapathy y Jones, 2007). Cuando se aplicó una vacuna inactivada en mucosas con Subtipo C en pavos, hubo una respuesta serológica positiva para Ig A e Ig Y, pero esta no protegió a las aves a un desafío aparentemente por que la inactivación rompió los epítopes necesarios para producir anticuerpos neutralizantes (Kapczynski, 2007).
El programa basado en vacunas vivas se plantea gracias a las características de una cepa vacunal de baja patogenicidad y alto título, que es compatible de ser usada junto con las vacunas de la Enfermedad de Newcastle o Bronquitis Infecciosa, comenzando desde el primer día o primera semana, previniendo la infección de campo. Con dos aplicaciones más durante el levante, aproximadamente a la mitad y al final del mismo, se protege efectivamente de la infección y se evita el uso de vacunas inactivadas. Se aplica una última vacuna alrededor de las semanas 30-35 para completar la protección hasta el final del ciclo de producción.

BIBLIOGRAFÍA
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2.- Binu, V. 2007. Effect of maternal antibodies on vaccine-induced protection of turkey poults against virulent avian metapneumovirus subtype C challenge. Proceedings of AAAP/AVMA Annual meeting.
3.- Catelli, E. 2009. Epidemiology of avian metapneumovirus infection in Italy. 58° Western Poultry Disease Conference
4.- Ganapathy, Kannan and Charles Jones, Richard. 2007. Vaccinations of chicks with live attenuated subtype B avian metapneumovirus vaccines: Protection against challenge and immune responses can be unrelated to vaccine dose. Avian diseases 51:733-737
5.- Gough, R. 2000. Avian Pneumoviruses. In: Calnek B.W. Diseases of Poultry. pp. 92-98. Iowa state press
6.- Kapczynski, Darrel R.; Perkins Laura L, and Sellers Holly S. 2008. Mucosal vaccination with Formalin-Inactivated avian metapneumovirus subtype C does not protect turkeys following intranasal challenge. Avian diseases 52:28-33
7.- Pereira, J. 2007. O impacto e o controle dos neumovirus em aviculture. Conferencia APINCO. pp. 267-273
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9.- Ríos, R. 2007. Evaluación de un programa de vacunación de pollos de carne contra pneumovirus aviar. Tesis de Bachiller, Fac. Med. Vet.-Univ. Nac. Mayor de San Marcos.
Tarpey, I; Huggins M.B. and Orbell S.J. 2006. The efficacy of an avian metapneumovirus vaccine applied simultaneously with infectious bronchitis and Newcastle disease virus vaccines to specific-pathogen free chickens. Avian diseases 51:594-596, 2007

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